domingo, 19 de junio de 2011

SE BUSCA INVERSIONISTA ÁNGEL




RECOMPENSA: Rentabilidades sobre mercado
Existen empresas nuevas al borde de la genialidad, con conceptos de negocio innovadores, pero su éxito radica fundamentalmente en ese financiamiento que no se sabe dónde está.


Diagnóstico del Capital de Riesgo

Hablar de Capital de Riesgo puro tiene muchas aristas. Claro que invertir en acciones de empresas que funcionan en Bolsas de Comercio formales es capital de riesgo, pero invertir en ideas de negocio, en productos nuevos, en Latinoamérica se ve como un camino poco utilizado. Para lograr capital de riesgo, los emprendedores deben estar muy bien relacionados o poseer rutas alternativas, como por ejemplo disponer de una familia o amigos generosos, sino la ruta es el autofinanciamiento, lo que implica tener que jugarse todos sus ahorros (o disponibilidades de créditos) en su proyecto.

Definitivamente en esta parte del planeta no estamos acostumbrados a invertir en Capital de Riesgo. Existen ejecutivos, empresarios, los cuales hacen un par de apuestas en empresas que llegaron a sus oficinas con un plan de negocios interesante, pero no es suficiente para financiar una gama de ideas que buscan capital, que buscan esos inversionistas catalogados de ángeles por entrar en etapas iniciales de un negocio.

Mucho se ha criticado a los Bancos Comerciales de no arriesgarse en emprendimiento, pero hay que ser claro: No es su negocio. Por otra parte, los Fondos de Inversión, tampoco están orientados a entregar financiamiento en etapas tan tempranas de una empresa, en esos meses en que la empresa se juega la verdad de su subsistencia.

Hacia la Aventura

Qué hubiera pasado si Sergey Brin y Larry Page no hubieran ido a la casa de ese amigo donde conocieron a Andy Bechtol- sheim (cofundador de Sun Microsystems y vicepresidente de Cisco Systems) quien les firmó un cheque por US$ 100 mil luego que, en 30 minutos, éstos le contaron sobre un algoritmo de búsqueda en Internet que habían desarrollado. Bueno, el cheque se hizo a nombre de Google Inc.

El espíritu aventurero, como el de Mr. Andy, no sólo debe estar en aquellos que desarrollan un concepto de negocio y se lanzan al mundo empresarial. ¿En cuántas reuniones de amigos has comenzado a hablar de hacer un negocio o una empresa? La inquietud está, pero muchas veces no dura más que ese encuentro, y pocos son los que comienzan a indagar en qué hacer negocios y menos se atreven a apostar en una empresa de un tercero, ¡Si! de un tercero, ¿por qué no? Hay que tener claro que no todos tenemos la habilidad de armar negocios; podremos ser buenos en analizarlos, pero no necesariamente se juntan estas habilidades en una sola persona.

Ahora, invertir en una idea de un tercero puede aparece como complicado, porque uno espera al menos conocer a la persona que desarrolló la idea e, indudablemente, la idea de negocio propiamente tal. Pero sabes, en mi particular opinión, eso se soluciona con una acción muy sencilla: conociendo al emprendedor y su idea. Parece obvio, pero no es más que eso, y cualquier persona puede ver si el negocio en cuestión es de su interés. Ahora, si ese emprendedor tiene la capacidad de convencimiento, tiene claro el negocio y como retribuir a su benefactor, las opciones de conseguir ese financiamiento, son más auspiciosas.

El premio de emprender

Quien emprende no sólo piensa en que las rentabilidades sobre lo invertido serán suculentas, también la satisfacción personal de ser parte de una aventura es un motivo para dar el paso. Ahora, si mezclamos aventura y rentabilidad, podríamos decir que estamos ante un proyecto en el cual participaríamos.

Si hablamos de invertir, muchos ven en las acciones de una S.A. como una buena opción, pero se olvidan que uno queda sujeto a “cuestiones de mercado” que debes aceptar: Si subió o bajó la acción, no nos preguntarán nuestra opinión. En cambio, invertir en una idea de negocios, uno puede desempeñar un rol más activo, contribuyendo con su experiencia, contactos, incluso siendo parte de la gestión misma de la empresa. Además, no es lo mismo decir - en la reunión con los amigos - que compraron acciones de tal compañía, que contar que invirtieron en una empresa que está partiendo. Tiene hasta un sabor diferente.

A quién no le habría interesado invertir hace apenas 10 años en Google. Claro, decirlo hoy es ser General después de la batalla, pero ¿te hubieras atrevido?

¿Cuántos Google están a la espera de ser descubiertos o apoyados?

Hay una frase que encierra el sentimiento que se debe tener para comenzar a entender que hay miles de negocios esperando: "Cuando escucho decir que en el mundo de los negocios todo está hecho, veo que las mentes se han marcado de límites que no tenemos. Estamos en la época más creativa de la humanidad y debemos ser parte de esa historia."

¿Cuántos Ángeles Emprendedores existirán?

No estoy tratando de hacer un conteo divino, más bien me gustaría saber cuántas personas, mezcla de emprendedor y financista de un negocio - cuando este parte o para hacerlo partir - existirán dispuestos a invertir, embarcarse en la aventura y colocar toda su voluntad para darle el palo al gato (que me disculpen los defensores de animales, es sólo un decir).

¿Qué falta para reunir las ilusiones de aquellos que creen tener entre sus manos (y en sus mentes) el nuevo Google, con aquellos con la chequera dispuesta a hacer ese cheque?